Una empresa es tan buena como sus empleados. Si los empleados se sienten infravalorados, su trabajo se verá afectado negativamente. Por eso es esencial que los líderes se aseguren de que el crédito se da cuando es debido, una cualidad clave del liderazgo humilde.
El reconocimiento y el estímulo de los empleados recae sobre los hombros de un los líderes de la empresa. Supongamos que una empresa no logra desarrollar y construir líderes que puedan compartir la gloria y reconocer el tiempo y la energía invertidos por su equipo. En ese caso, todos los empleados de la empresa acabarán frustrados y poco apreciados, lo que provocará un mayor índice de rotación de personal y un descenso de la moral de la empresa.
Según Sue ShellenbargerSegún la columna "Trabajo y Familia" de The Wall Street Journal, "las personas humildes tienden a ser conscientes de sus propias debilidades, a tener ganas de mejorar, a apreciar los puntos fuertes de los demás y a centrarse en objetivos que van más allá de su propio interés".
Estas cualidades tienen un efecto positivo en el equipo y benefician a la cultura de la empresa. Como resultado, el liderazgo humilde puede aumentar la moral de la empresa y productividad mientras se mantiene un buen rendimiento de la cuenta de resultados.

El impacto de un líder arrogante
En contra del liderazgo humilde, Shellenbarger sostiene que un líder que carece de humildad puede causar muchos daños a la empresa. Un líder arrogante que se muestra demasiado confiado e ignora los comentarios valiosos puede causar importantes pérdidas financieras a una empresa. Esto es lo que le ocurrió a Tesla cuando Elon Musk le costó al fabricante de automóviles eléctricos $20 millones... por un tuit.
Son muchas las cualidades que se relacionan con un líder arrogante, como un entorno de trabajo estresante, un trabajo de baja calidad e incluso entornos de trabajo hostiles. La realidad es que, si se les da a elegir, nadie elegiría trabajar para un jefe arrogante. La gente prefiere trabajar para un líder humilde que les entrene y anime a alcanzar su máximo potencial.
Sin embargo, la arrogancia no debe confundirse con la confianza. Hay una clara distinción entre un líder arrogante y un líder confiado. Un líder humilde no es un líder que carece de confianza; es simplemente un líder que canaliza esa confianza hacia su equipo en lugar de hacia su ego. Un líder arrogante sólo confía en sí mismo y en sus capacidades, sin tener en cuenta las de su equipo.
Este comportamiento y esta actitud abren las puertas al conflicto y al caos, sobre todo cuando se trata del fracaso. La arrogancia encuentra la manera de llenar la habitación. HumildadEn cambio, sabe convivir en armonía con la ambición y la confianza.

Un liderazgo humilde establece una visión de futuro
La tarea de todo líder debería ser siempre inspirar, formar y desarrollar nuevos líderes. Sin humildad, esto pasa de ser un reto a una tarea imposible.
Los líderes humildes siempre buscan la manera de hacer que sus empleados encuentren el éxito y, la mayoría de las veces, tengan aún más éxito que ellos. Sin embargo, desarrollar y alimentar El talento requiere un alto nivel de humildad. Que los líderes humildes inviertan tiempo, energía y recursos (cosas que nadie puede recuperar) con su equipo para que éste tenga más éxito y sea más reconocido que ellos mismos es un acto que fomenta la confianza, la colaboración y la apertura.
Este enfoque del liderazgo es muy poco tradicional para todo el aspecto de "yo estoy al mando; tú te inclinas por mí", que tiende a prevalecer en un líder arrogante.
Otra cualidad que distingue a los líderes humildes es la forma en que construyen sus equipos. Los líderes humildes son muy flexibles y poco tradicionales a la hora de contratar a los futuros miembros del equipo. Su visión va más allá de cubrir la necesidad inmediata. En su lugar, miran que puede llegar a desempeñar un papel de liderazgo o dirección en un futuro próximo.
Los líderes humildes establecen un camino que prepara a los protegidos para el éxito, incluyendo nuevos enfoques a seguir, y crean nuevas tareas para estimular los esfuerzos de su equipo. Su capacidad de personalizar la misión para garantizar que su equipo tenga éxito y esté motivado supone un gran esfuerzo, pero lo hacen de todos modos porque comprenden las recompensas que les reportaría.
Una cualidad esencial de los líderes humildes es su capacidad para salirse de su camino y de los límites de sus descripciones de trabajo para preparar a su equipo para el éxito. Para ellos, lo que realmente importa es el ejemplo que dan a los futuros líderes. De este modo, se aseguran de que la cultura del liderazgo en su empresa sigue siendo fuerte para las generaciones venideras.

5 cosas que hay que aprender de una mentalidad humilde
Las siguientes son cualidades clave que los líderes humildes encarnan y se aseguran de que sus sucesores las practiquen para mantener viva la filosofía del liderazgo generación tras generación.
- Sea consciente de la situación: Inteligencia emocional es quizá una de las cualidades más notables que puede poseer un líder. Recuerda, no se trata de pensar menos en ellos, sino de pensar menos en uno mismo. Reconocer el peso de las decisiones y cómo afectan a los demás es un rasgo necesario para los líderes humildes.
- Los líderes humildes escuchan activamente: Ser un buen oyente ayuda a construir relaciones y, en última instancia, ayuda a estimular el crecimiento del equipo. Además de ayudar a otros miembros del equipo, escuchar permite a los líderes tener múltiples perspectivas a la hora de tomar decisiones críticas.
- Conozca sus límites: Es crucial saber cuándo parar y pedir ayuda. Los líderes humildes prestan atención a las críticas constructivas y reconocen sus defectos. Pedir ayuda, a los ojos de los líderes humildes, es un signo de fortaleza y no de debilidad. Al pedir ayuda, los líderes humildes son un modelo de vulnerabilidad, lo que permite a su equipo hacer lo mismo.
- Delegado: Tener un equipo equilibrado ayuda a aumentar productividad y eficiencia. Saber delegar responsabilidades puede capacitar a los miembros del equipo para identificar el valor que aportan al grupo.
- Celebrar las victorias de los demás: Junto con el reconocimiento, celebrar los logros de los demás fomenta una excelente moral de equipo e incentiva el trabajo duro.

La diferencia que marcan los líderes humildes perdura más allá de su propia vida
Hay muchas formas de medir el éxito. Últimamente, la atención se ha desplazado de los beneficios estrictos a la cultura, el equilibrio entre el trabajo y la vida privada, y la calidad de vida. Junto con este cambio, la búsqueda de lo que constituye un gran liderazgo también está cambiando. Las cualidades de un gran líder van más allá del éxito medible.
La capacidad de servir a los demás y tienen auténticas buenas intenciones se están convirtiendo en la nueva norma para el lugar de trabajo, e incluso más allá del lugar de trabajo. La forma en que interactuamos con los demás y desarrollamos las relaciones se ha convertido en algo cada vez más selectivo. La tolerancia hacia la arrogancia y el egoísmo se ha reducido, y parece estar desapareciendo con el paso del tiempo.
Podemos continuar con nuestra mentalidad centrada en el ego y volvernos irrelevantes, o empezar a ver el valor que hay detrás de la construcción de los demás, la retribución y la mejora de nosotros mismos cada día.