"Que donde haya oscuridad llevemos luz... y donde haya desesperación, llevemos esperanza. Porque es dando como recibimos".
San Francisco de Asís
El mundo es pequeño. Un mundo pequeño en el que, nos guste o no, todos somos interconectado. Los límites y las distancias van desapareciendo poco a poco mientras se amplía el tamaño de nuestro vecindario. En consecuencia, las empresas actuales tienen el enorme deber moral de dirigirse no sólo a sus accionistas, pero cada una sola parte interesada con los que se comprometen mediante prácticas empresariales sostenibles.
Por lo tanto, las empresas deben entender que la innovación y el progreso no pueden producirse si no se basan en un compromiso auténtico y genuino para elevar la humanidad. Las empresas responsables no pueden permitirse el lujo de centrarse únicamente en el cumplimiento de sus objetivos empresariales, sino que deben abordar también las cuestiones sociales y humanitarias que giran a su alrededor. Con mucho poder e influencia dentro de las comunidades que las rodean, las organizaciones modernas tienen la capacidad de ser a la vez exitosas y contribuir al progreso de la humanidad.
No hay duda de que el rendimiento financiero es, y debe seguir siendo siempre, la principal prioridad de las organizaciones. Es su estabilidad financiera la que determinará la salud de sus operaciones y actividades empresariales. Sin embargo, las empresas comprometidas tanto con el rendimiento financiero como con el progreso social serán, en última instancia, las que destaquen, superen y sobrevivan a sus competidores.
Si se guían por sus valores fundacionales, las empresas moral y financieramente responsables deberían lograr un mayor rendimiento. Las empresas que se orienten hacia prácticas empresariales sostenibles se beneficiarán de los siguientes objetivos empresariales clave: crear una cultura empresarial positiva, aumentar la moral y la retención de los empleados e intensificar adquisición de clientes y la lealtad.
La innovación y el progreso no pueden producirse si no se basan en un compromiso auténtico y genuino para elevar a la humanidad.
Sostenibilidad para crear una ventaja competitiva
Nunca antes el mundo moderno y globalizado se había enfrentado a tales grados de competencia. La competencia por los recursos, por los clientes, por el rendimiento, de las empresas rivales, y para los empleados con talento.
Nunca antes los individuos habían tenido un abanico tan amplio de opciones para contribuir con su tiempo y energía. Este factor ha hecho que las expectativas de las personas con respecto a sus empleadores sean más altas que nunca. La gente ya no invierte su tiempo y energía únicamente para obtener beneficios económicos, sino que buscan trabajar para promover una causa mayor.
Como resultado, las empresas cuyos valores, visión y acciones son en constante disputa inevitablemente no lograrán atraer y retener a sus mejores empleados, lo que perjudicará el rendimiento de su empresa debido a los peligros de una alta tasa de rotación de personal. Los mejores empleados buscan tanto el rendimiento financiero como encontrar un propósito y un significado en su trabajo.
El propósito y el significado en el trabajo surgen de la capacidad de un empleador para proporcionar a sus empleados la posibilidad de promover una causa noble y establecer un entorno de trabajo positivo. Al mismo tiempo, las empresas que no logran liderar con integridad perderá inevitablemente la confianza y el apoyo de los consumidores.
No es ningún descubrimiento que los clientes tienen hoy en día un gran poder debido a la variedad de opciones que presenta el mercado: pueden muy cambiar fácilmente a un producto o servicio de la competencia.

La sostenibilidad comienza con la cultura de la empresa
Las organizaciones actuales no prosperarán si su cultura laboral no promueve el bienestar de sus empleados. En otras palabras, el entorno de trabajo debe permitir que los empleados se sientan seguros para aportar su yo más auténtico al trabajo. La cultura de una organización debe permitir que los empleados den lo mejor de sí mismos mediante equipos de confianza, colaboración activa, empatía e integridad.
Ver cómo una organización consigue grandes resultados financieros y sociales -conseguidos en equipo- es lo que inevitablemente permitirá a los empleados encontrar el sentido y el propósito de su trabajo, aumentando el compromiso y la lealtad de los empleados hacia su organización.
Las empresas cuyos valores, visión y acciones están en constante disputa fracasarán inevitablemente.
Los empresarios también deben animar a sus empleados a devolver algo a sus comunidades. Sin embargo, deben reconocer que no hay una forma más poderosa de retribuir que en forma de tiempo y energía. No es lo mismo donar dinero que donar tu tiempo y energía, ya que estos últimos son cosas que nunca vas a recuperar.
Sin duda, la retribución permite a los empleados centrarse no sólo en sus responsabilidades laborales, sino también en forjarse como ciudadanos activos dentro de sus comunidades. Además, los estudios han demostrado que los niveles de productividad y creatividad dentro de una organización aumentan cuando se anima a los empleados a participar activamente en actividades y proyectos fuera del lugar de trabajo. La capacidad de retribución no sólo atraerá a los mejores talentos a las organizaciones, sino que también ayudará a retenerlos.
Donar en forma de tiempo y energía llega muy lejos. Más que donar dinero, devolver en forma de tiempo y energía permite a las personas abandonar su asiento de espectador y entrar en la arena. Permite a los individuos contribuir activamente al progreso de sus comunidades.
Por desgracia, muchas empresas han descuidado su impacto medioambiental y social durante demasiado tiempo. Estas empresas no se han dado cuenta de que si sus actividades y operaciones no nutren al planeta y a las personas que lo habitan, no están enriqueciendo a sus accionistas. y los interesados.
Los clientes prefieren hoy comprar en marcas sostenibles
Abrazar la sostenibilidad también impacta poderosamente en los clientes. En la encuesta Millennial 2019 de Deloitte, se ha descubierto que los millennials valoran más aquellas empresas en las que el éxito se mide por métricas mayores que los beneficios, la cuota de mercado y la valoración de las acciones.
Por otro lado, factores como la innovación, la progresión profesional, el impacto social y medioambiental, y facilitar la vida de las personas, fueron factores con mayor peso para los millennials. Al mismo tiempo, una encuesta realizada por Nielsen en 2018 reveló que los compradores de más de 60 países afirmaron que están dispuestos a pagar un precio extra hacia aquellas empresas cuyos productos y servicios impulsan un impacto positivo.
En consecuencia, la sostenibilidad no sólo resulta beneficiosa para que las empresas potencien el progreso social, medioambiental y humanitario, sino que también es una opción inteligente para que las organizaciones aumenten su rendimiento financiero. En otras palabras, las empresas que persiguen simultáneamente objetivos distintos de los beneficios están practicando, en última instancia, un interés propio esclarecedor.
Los millennials valoran más aquellas empresas en las que el éxito se mide por métricas mayores que los beneficios
Ambos clientes y El talento considera que las organizaciones dedicadas a las prácticas empresariales sostenibles son más atractivas y atractivas. Como resultado, la sostenibilidad impulsa mejores beneficios para las organizaciones. Las empresas que no vean su papel vital en el ecosistema de la sociedad tampoco se integrarán en él. Sólo si se integran plena y auténticamente en sus comunidades y comprenden el panorama general, las empresas prosperarán.
Las organizaciones de hoy en día ya no pueden permitirse el lujo de anteponer los beneficios al bien común. Hemos visto muchas pruebas de grandes corporaciones que han alcanzado un enorme éxito persiguiendo causas mayores que los simples beneficios. Salesforce, PatagoniaUnilever y Ben & Jerry's, por nombrar algunas, son empresas que, al poner el bien común por encima de su propio interés, no sólo han visto aumentar la valoración de sus acciones, sino que también se han convertido en plataformas para el cambio positivo dentro de sus comunidades. Estas empresas han demostrado que tanto los empleados como los clientes prefieren dedicar su tiempo, energía y recursos a interactuar con empresas cuyos valores, visión y operaciones están alineados.
Vivimos tiempos de gran progreso. Nunca antes nuestro mundo ha estado tan interconectado. Y nunca antes el papel del individuo ha sido tan poderoso. Todos compartimos la responsabilidad de impulsar y guiar el cambio en nuestra sociedad. Todos compartimos el deber de marcar una diferencia positiva y duradera.
Sin embargo, es cuando unimos nuestras fuerzas y abordamos lo humanitario, socialy medioambiental cuestiones juntosque seamos imparables. Sólo entonces seremos capaces de salvar la distancia entre nuestros objetivos comunes y nuestros logros colectivos. Convirtámonos todos en agentes del cambio. Marquemos una diferencia duradera.
Empecemos hoy.
Todos compartimos la responsabilidad de impulsar y guiar el cambio en nuestra sociedad.
