La reflexión es uno de los poderes más poderosos y transformadores que tenemos en nuestro interior.
A reflejar significa pensar de forma profunda, honesta y personal sobre algo que ha impactado en nuestras vidas de alguna forma o manera. La reflexión nos permite aprender de nuestros errores, crecer como personas y ayudar a los demás, a la vez que fomenta una vida más feliz, ya que nos permite pensar en lo que hemos hecho bien y en lo que podríamos haber hecho mejor y centrarnos en nuestro crecimiento y desarrollo personal.
Pero sobre todo, la reflexión nos permite ganar perspectiva. Visualizar y pensar profundamente en cómo nuestras acciones y decisiones están impactando en nuestra vida. Nos permite obtener una visión sobre qué futuro están construyendo nuestras acciones y decisiones presentes.
Aunque sólo tengo 23 años, a través de este post quiero animar a la comunidad temática a dedicar tiempo a la reflexión y a desconectar con el propósito de encontrar el sentido en el caos y la turbulencia de la vida cotidiana. Quiero animar a nuestros lectores a derivar el aprendizaje y el propósito de ese significado para cultivar una mentalidad de aprendizaje y crecimiento constantes.
Pero, sobre todo, quiero animar a la comunidad del Topic a que piense en lo que le habría dicho a su yo más joven. Y que tomen esos aprendizajes reflexivos y significativos y los transmitan a las generaciones más jóvenes de alguna forma, para enfocar el significado que obtenemos de nuestras reflexiones y dirigirlas al aprendizaje y crecimiento de los líderes del mañana.
La investigación ha demostrado que aprender de las personas mayores estimula el crecimiento personal. Por lo tanto, después de graduarme en la universidad y al entrar en la fuerza de trabajo en medio de una pandemia, quiero compartir mis aprendizajes con la comunidad del tema, con aquellos que están entrando en sus años universitarios, o cualquiera de los que estén dispuestos a aprender de las experiencias de los demás para contribuir con mi grano de arena a su desarrollo personal.
1. La confianza y la autenticidad son lo primero
La autenticidad no es una elección, sino una definición de lo que somos.
Sin autenticidad, estamos ocultando quiénes somos verdaderamente son. Si ocultamos quiénes somos de verdad, estamos poniendo falsos filtros en nuestras vidas que nos impiden ser nuestro verdadero yo. Si estamos filtrando nuestras vidas, estamos viviendo superficialmente. Y si estamos viviendo superficialmente, entonces no hay manera de que podamos vivir nuestras vidas con sentido y propósito.
La autenticidad da sentido y propósito a nuestras vidas al permitirnos vivir profundamente en nuestros valores. Para que sea realmente conectar con los demás, debemos vivir con autenticidad lo que defendemos. La autenticidad, como Brene Brown dice, se trata de "la verdadera pertenencia: la práctica espiritual de creer en ti mismo y pertenecer a ti mismo tan profundamente que puedes compartir tu ser más auténtico con el mundo y encontrar lo sagrado tanto en ser parte de algo como en estar solo en la naturaleza".
Lo contrario de la autenticidad es "encajar". Debemos evitar crear falso relaciones donde nos ponemos filtros falsos y, en cambio, nos esforzamos por mantener relaciones reales. Sólo cuando nos involucramos en una interacción humana honesta y auténtica podemos sentir que formamos parte de algo y, en última instancia, encontrar la pertenencia. Cuando nos relacionamos con los demás, debemos hacerlo con un significado compartido.
La autenticidad es la forma más precisa de medir nuestra integridad debido a que evalúa nuestra capacidad de seguir siendo fieles a nosotros mismos incluso cuando otras personas o circunstancias quieran convertirnos en alguien que no somos. La autenticidad es el grado en que somos comprometido a nosotros mismos. Se trata de cuidar usted mismo primero, para luego ocuparse de otros.
La confianza también debe ser lo primero. Sin confía en no tenemos nada. Es el sentimiento de confianza mutua lo que impulsa y alimenta conexión. Tanto en la vida real como en los negocios, la confianza es y debe ser el valor que define toda relación. Sin la confianza, las relaciones que construimos se basarían en el interés y la transacción. La confianza permite establecer conexiones genuinas basadas en terreno común y empatía.
La confianza va más allá, va de la mano de la autenticidad, ya que no podemos confiar en alguien que no está siendo realmente él mismo o cuyos valores están desalineados con sus acciones. La confianza, por tanto, impulsa y alimenta honesto las conexiones humanas, permitiéndonos contar con los demás incluso cuando pasamos por momentos difíciles.

2. La única persona contra la que deberías competir es... tú
Si hay algo que he aprendido sobre la competición es que nos empuja a poner a prueba nuestros límites y a subir de nivel. La competición tiene un poder revelador, ya que nos indica dónde tenemos que mejorar y también dónde estamos destacando.
Sin embargo, también he aprendido que la competencia puede sacar lo peor de nosotros.
Por dos razones. En primer lugar, la intensa competencia puede llevarnos a recortar gastos y a tomar "la vía rápida" para lograr nuestro objetivo. En segundo lugar, a nadie le gusta que alguien intente constantemente superar a los demás. A nadie.
Piénsalo así. En un maratón, siempre hay esa persona que quiere vencer a todos los que compiten en él. Siempre hay esa persona que busca destacar superando a los que le rodean. ¿Quién les anima? Muy pocas personas.
Sin embargo, en ese mismo maratón, también está esa persona con una discapacidad. Ya sea una pierna de hierro, una parálisis cerebral o algún tipo de discapacidad. Esa persona no está corriendo para superar a los demás. No está compitiendo contra otros. Está compitiendo para demostrarse a sí mismo que, a pesar de su discapacidad, puede perseguir sus objetivos y sueños como ninguna otra persona, y que al menos lo intentará.
Por lo tanto, te pido que evites convertirte en víctima de tu propio éxito. No dejes que tu deseo de alcanzar tus objetivos se imponga a tus valores y a lo que eres. En su lugar, te animo a que, como me recordaba mi padre constantemente, intentes -cada día- convertirte en la mejor versión de ti mismo. Sé hoy la mejor persona que eras ayer. Y sé mañana una persona aún mejor de lo que eres hoy. Enorgullécete de la persona que miras en el espejo cada mañana.
3. Sepa que está construyendo su marca y que la reputación es importante
Oprah Winfrey dijo: "La verdadera integridad es hacer lo correcto, sabiendo que nadie va a saber si lo hiciste o no".
Todo lo que hacemos dice algo sobre la persona que somos. Cuando empieces a construir la marca de ti mismo, ya sea en la universidad, en el trabajo o al socializar, debes ser consciente de que la reputación importa.
No digo que te guardes tus pensamientos y opiniones, sino todo lo contrario. Debemos tener el coraje de salir de los márgenes y entrar en el campo de juego. No debemos aprisionar lo que realmente somos y lo que creemos; nunca debemos silenciar nuestros corazones y, en cambio, hablar de las cosas que importan. Y nunca debemos ser un espectador.
Elige hacer lo que te hace sentir bien en tu corazón por encima de lo que es fácil o rápido. Conoce tus valores y ponlos en práctica. Y, sean cuales sean las decisiones que tomes, hazlas por las razones correctas. Verás que al hacerlo, atraerás a aquellas personas cuyos valores están alineados con los tuyos y construirás una marca auténtica y atractiva que todos quieren apoyar.
4. Vivir una vida de servicio
Durante mis primeros semestres en la Universidad Loyola de Chicago, recuerdo que era una estudiante tímida que no hablaba ni expresaba mis pensamientos, opiniones y pareceres. No fue hasta que uno de mis profesores vio algo en mí -algo que ni siquiera podía ver por mí misma- que tuve el valor de adquirir confianza en mí misma y dar un giro a mi situación. Gracias a su orientación, desarrollé la fuerza interior necesaria para expresar mis ideas, ampliar mi zona de confort y asumir funciones de liderazgo.
Con su ayuda, el Dr. Len me enseñó que no hay nada más significativo e impactante que devolver a los que te ayudaron a encontrar tu voz. Su apoyo y asesoramiento me permitieron encontrar la mía. Su apoyo también me inspiró a hacer lo mismo para otros y devolver lo que él hizo: reconociendo el talento y el potencial de las personas y teniendo el valor de desarrollarlos.
Encuentra formas de devolver a tu comunidad. Ya sea a través del voluntariado, el coaching, la escritura o las donaciones, construye sobre ese fuerte deseo interior que todos tenemos de, de alguna forma, mejorar la vida de las personas con las que estamos conectados.
Recientemente, he sido voluntario en el Programa de Activadores Globales del World Trade Center en Denver como estudiante consultor. El programa ayuda a proporcionar a los refugiados e inmigrantes los conocimientos empresariales, los materiales y las habilidades para construir, diseñar y lanzar su propio negocio. Tuve la maravillosa oportunidad de trabajar con Ahmad, un nativo de Afganistán, y ayudarle a lanzar Gemas naturales - una startup dispuesta a deleitar a los clientes con joyas de lapislázuli de bello diseño, a la vez que se hace un impacto en Afganistán.
Fascinado por sus productos, le dije a Ahmad: "Me encantan sus productos. No puedo esperar a que lo abras. Me encantaría comprar algunos de tus productos para mi madre y mi abuela". ¿Su respuesta? "Ralf, ya estás haciendo la mayor parte del trabajo para mi negocio. Me encantaría que tuvieras algunas de mis piezas gratis. Incluso quiero que tengas acciones de mi negocio".
Su respuesta no tiene precio. Ningún dinero del mundo sería suficiente para lo gratificante que se sintió.
Somos seres sociales. Queremos que nos recuerden por lo que hemos hecho por los demás. Vive una vida de servicio: es así de sencillo, pero profundamente gratificante.

5. Manténgase hambriento, manténgase tonto
Steve Jobs, el cofundador y ex director general de Apple, nos animó a todos y cada uno de nosotros en su Discurso de graduación en Stanford a "Manténgase hambriento. Sigue siendo un insensato. Nunca dejes de lado tu apetito por ir en busca de nuevas ideas, nuevas experiencias y nuevas aventuras".
Ya sea en la universidad, en talleres, en seminarios o en su trabajo, sepa que usted - y no tus profesores, son los responsables de tu educación.
A medida que avanzaba en la universidad, me centré demasiado en mis calificaciones. Quería esos sobresalientes. Pensaba que mis notas me diferenciarían y me harían destacar.
Como he aprendido, las calificaciones tienen muy poco que ver con la vida misma. La vida no viene con un plan de estudios. No hay una "lista de control de la vida" que debamos rellenar durante nuestra vida. Lo que sí hay, sin embargo, es propósito y el significado.
Así que no cometas el error de guiarte por el plan de estudios que te presenta tu universidad. Guíate por tus ganas de aprender y tu deseo de poner en práctica esos aprendizajes en tu vida real. No desprecies tus notas, pero, sobre todo, no desprecies nunca tus sueños y esperanzas, que son los que nos inspiran a zarpar.
En lugar de pensar: ¿cómo puedo terminar la universidad con la mejor nota media? Piensa: ¿cuáles son los profesores más desafiantes y gratificantes que me permitirán estar un paso más cerca de alcanzar mis metas y sueños?
No puedo insistir lo suficiente en esto: busca formas de ampliar tu zona de confort. En la vida, encuentra a esas personas/profesores/mentores que te desafiarán a asumir tareas incómodas. Encuentra a esas personas que te desafiarán no por su carácter o personalidad, sino por su deseo innato de construir el tuyo.

6. La autoridad no es lo mismo que el liderazgo
El liderazgo, como Simon Sinek explicaría, no se trata de títulos, cargos o autoridad. Hay una diferencia entre tener poder y ser el líder. Los verdaderos líderes son aquellos cuyos seguidores les siguen no porque tengan que hacerlo, sino porque están dispuestos a dar su sangre, sudor y lágrimas para seguirles. En todo lo que hagas, busca la manera de crear un entorno saludable, que potencie y eleve la moral, en el que las personas puedan encontrar un ambiente al que pertenezcan.
Soy un gran aficionado a los deportes. Como ávido jugador de tenis y fútbol, siempre me hago la misma pregunta durante cada partido en el que participo: "si el partido terminara ahora, ¿estaría contento y satisfecho por el rendimiento que he dado?". Así es el deporte. Pero he aprendido que lo mismo ocurre en la vida.
¿Estás contento con la forma en que tu comportamiento hace sentir a tus compañeros de equipo/colegas? ¿Eres un miembro del equipo que levanta el ánimo? ¿Sus acciones influyen positivamente en los que le rodean? Y, por último, ¿crea usted, como líder, un entorno en el que las personas se sientan seguras y puedan rendir al máximo?
Haz que tu presencia cuente. Pero, sobre todo, haz que se eche de menos tu presencia cuando ya no estés.
7. Rodéate de personas que saquen lo mejor de ti
John C. Maxwell dice que uno es la media de las cinco personas con las que pasa más tiempo. Esta afirmación no puede ser más cierta. He aprendido que en la vida, todo lo que hagas y todo lo que consigas, va a ser con y a través de otras personas.
Evita a las personas que te drenan la energía. Mi madre siempre decía: evita a toda costa a esos "bomberos" que luchan por apagar el fuego y la chispa que hay detrás de tus ideas, energía y pasiones. Dedica tu tiempo y energía a aquellos que sabes, en el fondo de tu corazón, que tienen tu mejor interés y que te inspiran de la misma manera que tú les inspiras a ellos.
Al hacerlo, no sólo verás que el tiempo pasa más rápido, sino que te diviertes mucho más. Y al fin y al cabo, ¿qué sería de la vida sin la diversión, las aventuras y los recuerdos que vamos cosechando por el camino?
Las personas que sacan lo mejor de sí mismas forman un gran equipo. Y formar grandes equipos es el primer paso para conseguir grandes cosas.
8. No se trata de pensar fuera de la caja, sino de pensar Más allá de Es
Pensar fuera de la caja es la clave. Ayudará a que tus ideas, tu energía y tus pasiones se diferencien de todas las demás. Te permitirá diferenciarte y destacar entre la multitud.
Pero lo más importante es que piense más allá de la caja.
Piensa en cuáles son tus objetivos a largo plazo y planifica en consecuencia. Sé que eres joven y que tienes toda la vida por delante, pero piensa en el legado que quieres dejar: el impacto que quieres tener en los demás, las esperanzas y los sueños que guían tu comportamiento, las cosas que quieres conseguir.
Saber que las cosas no siempre salen como se planean - y eso está bien. Encuentra el sentido en esas aguas turbulentas que se proponen ahogarnos. Considera esos retos como una motivación: se presentan en tu vida para que te preguntes cuánto estás realmente dispuesto a luchar para lograr tus objetivos.
9. El éxito puede ser una ilusión óptica
Éxito" es una palabra controvertida. ¿Qué significa realmente tener éxito? Si se lo preguntas a 30 personas, obtendrás 30 respuestas diferentes. ¿Por qué? Porque "tener éxito" es algo muy, muy personal.
Tomé la decisión de asistir a Universidad Loyola de Chicago por muchas razones: mi hermano mayor ya estaba asistiendo, me encantó la ciudad de Chicago cuando tuve la oportunidad de visitarla, el campus era impresionante, mis valores realmente se alineaban con los valores jesuitas de Loyola y, sobre todo, me sentí bien. Sin embargo, también elegí Loyola por la gran beca que recibí para asistir. Mi beca ofrecía cubrir casi 1/3 de mis cuatro años de universidad.
Pensando que podría asistir a una universidad de prestigio y al mismo tiempo asegurar esa cantidad de dinero a mis padres, pensé que hecho lo.
Unos años más tarde, después de graduarme como un orgulloso Rambler, me enteré de que la beca no tenía nada que ver con mi decisión de matricularme en Loyola como graduado de la escuela secundaria.
El éxito, como he llegado a aprender, tiene que ver con el viaje, no con la meta.
En enero de 2020, mientras terminaba mi licenciatura en Administración de Empresas y en Marketing, recibí lo que la mayoría de los estudiantes de negocios llamarían una "oportunidad única en la vida". Después de innumerables rondas de entrevistas de comportamiento, estudio de casos, matemáticas y situacionales, me han ofrecido la oportunidad de unirme a Amazon en su sede de Seattle como especialista de marca. Como estudiante de marketing, sentí que no había mayor forma de medir el éxito que el hecho de que una de las mayores empresas de comercio electrónico y marketing del mundo te llamara para ofrecerte una oportunidad de unirte a ellos.
Cuatro meses más tarde, la pandemia de COVID-19 alcanzó su punto máximo en los Estados Unidos. Con un apartamento ya alquilado en Seattle y mi fecha de inicio a pocos días, Amazon me llama y me dice que van a rescindir mi contrato como especialista de marca porque no están dispuestos a pasar por el proceso de patrocinio de la VISA que yo, como inmigrante, habría requerido después de mi primer año de empleo. No podía creer lo que me estaba pasando. Especialmente después de que Amazon ya había decidido pasar por el proceso de patrocinio de la VISA en febrero. Mi corazón se rompió en pedazos.
Llegué a aprender que "tener éxito" no puede medirse en eventos individuales. Para mí, tener éxito, tal y como me lo hizo ver la vida, era tener claro no sólo donde Quería ir, pero también por qué Quería llegar allí.
Para mí, tener éxito consistía en saber por qué quería ser recordado y qué huella dejaría tras de sí, no en el lugar en el que trabajaba, cuánto dinero ganaba o cuál era mi cargo/título.
Pero, por encima de todo, para mí triunfar consistía en tener a esas personas que ocupan un lugar especial en mi corazón presentes en mi vida para celebrar todos esos pequeños triunfos, días especiales y logros.

10. En todo lo que hagas, adopta una mentalidad de principiante
¿Por qué una mentalidad de principiante?
En una mentalidad de principiante, hay infinitas oportunidades de crecimiento y desarrollo. En una mentalidad experimentada, el ego tiende a imponerse al pensamiento racional y lógico. Adoptar una mentalidad de principiante te permite estar abierto a nuevas perspectivas y nuevas formas de pensar.
Pero, sobre todo, una mentalidad de principiante te permite aceptar y dar la bienvenida al cambio. El cambio puede ser aterrador, pero el cambio encierra algo poderoso en su interior. Nos indica que algo que actualmente nos detiene puede transformarse. Deja que tus elecciones no revelen tus miedos, sino tus intenciones y esperanzas para el futuro.
Siempre tengo en mente a una de mis profesoras de negocios de Loyola cuando pienso en esto (¡sabes que eres tú, Stacy!). Tanto en su clase de Investigación de Mercados como en su curso de Consultoría de Microempresas, la Dra. Stacy Neier Beran animaba a sus estudiantes a ver el aprendizaje como algo que ocurre en la intersección de la curiosidad, la empatía y la vulnerabilidad. Y déjenme decirles que no podría ser más cierto.
Sea curioso. La curiosidad es lo que alimenta e impulsa la innovación.
Ser empático. Las relaciones y la conexión humana son la energía que fluye dentro de los líderes.
Sé vulnerable. Muestra al mundo quién eres realmente y defiende lo que crees y piensas.

Reflexiona, tómate el tiempo de sumergirte en un pensamiento profundo, honesto y personal. Piensa no sólo en el "hoy", sino en el "mañana" que tus acciones y decisiones están forjando.