Empatía es lo que yo llamo la Piedra Rosetta de la vida, y así es como se ve. La mayoría de nosotros experimentamos la vida de alguna forma aislados.
Representamos lo que pensamos y no lo que sentimos. Experimentamos el hecho de que todos estamos aislados unos de otros.
Imagine la emoción como un idioma e imagine que todos conocen el idioma, pero nadie lo habla muy bien. Nadie lo entiende muy bien.
Es como si estuviera sentado en lo alto de la torre de un castillo y contempla el campo. Ve a otras personas en sus torres, y todas hablan un idioma, pero no pueden hablar entre sí y no pueden comunicarse entre sí.
Es como si hubiera cientos de miles de torres de babel, todas aisladas. Así es nuestra experiencia con nuestras emociones. Todos estamos en nuestras torres, sintiéndonos aislados, inseguros, sin tener claro lo que otras personas están haciendo, sintiendo o experimentando y, a veces, ni siquiera seguros de lo que estamos experimentando nosotros mismos.
Ahí es donde entra la empatía. Verá, la empatía es la piedra Rosetta de la vida.
La empatía es la habilidad que nos permite comprender nuestra propia experiencia emocional, comprender y hablar con la experiencia emocional de todos los demás. La empatía es lo que termina el aislamiento. La empatía nos permite estar presentes y ser auténticos entre nosotros de formas muy, muy poderosas.
Y la empatía es lo que diferencia al verdadero líder que todos quieren seguir de los aspirantes. El verdadero líder tiene empatía, tiene un lenguaje que todos pueden escuchar, comprender y del que todos quieren formar parte.
Los aspirantes a líderes no lo tienen, y por eso no son verdaderos líderes. Son simplemente personas en una jerarquía disfuncional o un grupo disfuncional.
La empatía es una habilidad, no un rasgo. La empatía es algo que se debe aprender y dominar. La empatía es el lenguaje de la emoción y, al igual que un lenguaje, tiene que aprenderlo.

Cómo la mayoría de las personas desarrollan habilidades de empatía
La mayoría de las personas aprenderán la empatía mientras crecen al observar las interacciones de quienes los rodean. Pero el problema es que la empatía ha ido disminuyendo.
Un estudio de la Universidad de Michigan, que analizó datos sobre la empatía de casi 14.000 estudiantes universitarios reunidos entre 1979 y 2009, encontró una disminución del 48% en la preocupación por la empatía y una disminución del 34% en la toma de perspectiva, que es la capacidad de mirar cosas desde el punto de vista de otra persona. Además, el 96% de las familias son emocionalmente disfuncionales. La probabilidad de aprender la empatía en la infancia es muy baja.
Una mejor manera de desarrollar las habilidades de empatía
La forma más rápida de aprender la empatía es aprender a darnos cuenta de la existencia de otra persona. En su forma más simple, la forma de aprender habilidades de empatía es aprender a leer y reflejar las emociones de los demás. Veamos este proceso de 3 pasos:
Paso 1: Ignore las palabras. La empatía se trata de emociones, no de palabras. Hemos aprendido a centrarnos en las palabras excluyendo los sentimientos. Cuando ignora las palabras, tiene la atención y el ancho de banda para escuchar.
Paso 2: Lea el campo de las emociones. Pareciera difícil pero es muy fácil. Las emociones son datos e información que los cerebros humanos han evolucionado para leer y absorber muy rápidamente. Todo lo que debe hacer es apartarse del camino. Simplemente permanezca en silencio dentro de su cabeza y las emociones de la otra persona vendrán a usted automáticamente. Es fácil, rápido y eficaz.
Paso 3: La empatía requiere que la otra persona sepa que usted comprende sus experiencias emocionales. Simplemente reflexione sobre las emociones con un simple gesto de afirmación para demostrar que las entiende. Por ejemplo, podría decir: "Está enojado y frustrado".
A pesar de sus reservas acerca de decirle a la gente cómo se siente, los estudios de escaneo cerebral muestran que la reflexión emocional tiene un efecto poderoso. Cuando refleja emociones con un gesto afirmativo de entendimiento, el cerebro de la otra persona se calma casi instantáneamente.
La empatía es tan simple como 1-2-3. Hay más que aprender. La buena noticia es que el dominio no requiere mucho tiempo ni mucho esfuerzo.
Este artículo ha sido impreso con permiso de la página de Doug Noll.