¿Alguna vez te has parado a pensar en todas las cosas que haces a diario sin darte cuenta? Como humanos, tendemos a ser criaturas de hábitos. Y eso es a menudo algo muy bueno. Cepillarse los dientes dos veces al día o desayunar a la misma hora todos los días, por ejemplo, son buenos hábitos para vivir.
Según la ciencia, los hábitos están ahí para entrenar a nuestro cerebro a realizar cosas importantes para nosotros ejerciendo la menor cantidad de energía y esfuerzo posible.
Sin embargo, no todos nuestros hábitos suelen ser los más productivos o edificantes. Puede que no queramos admitirlo, pero todos tenemos malos hábitos que nos hacen más daño que bien, llevándonos por el mal camino.
Comer por estrés, por ejemplo, es uno de esos malos hábitos tan difíciles de eliminar. Recurrir a la comida reconfortante cuando nos sentimos ansiosos o tristes suele llevarnos a arrepentirnos minutos después. Comerse las uñas también es uno de esos hábitos que nacen del nerviosismo. No sólo es antihigiénico, sino que además tiende a repeler a las personas que nos rodean. También hay hábitos nocivos que surgen del estrés, como el tabaquismo, que puede tener efectos negativos en la salud de las personas.
Sin embargo, la buena noticia es que, al igual que los hábitos requieren repetición y práctica constante para que se formen, lo mismo ocurre cuando se trata de romperlos y transformarlos en otros nuevos y más productivos.
Antes de profundizar en las estrategias respaldadas por la ciencia que ayudan a sustituir los malos hábitos por otros más saludables, es importante entender las causas que los originan.

¿Cuáles son las causas de nuestros malos hábitos?
Según James Clear, autor del libro Hábitos atómicosLos malos hábitos suelen estar causados por una de las siguientes cosas: estrés, nerviosismo, ansiedad y... aburrimiento.
¿Ha pensado alguna vez qué es lo que le lleva a pasar horas navegando por la web? ¿O gastar más de la cuenta al comprar? Probablemente se trate de tu aburrimiento o de que hay algo que te estresa.
El primer paso para cambiar un problema es siempre el mismo: reconocer el propio problema. Para ello es necesario una profunda honestidad con nosotros mismosLa verdad es que no hay que olvidar los motivos de esos malos hábitos. ¿Es el miedo? ¿Una creencia limitada? ¿Un sentimiento o una cuestión más profunda que quieres evitar?
La verdad es que los hábitos en tu vida están ahí para una razón. Tanto si los hábitos son buenos como si son malos, tienden a ayudarte de alguna forma, aunque eso signifique causarte algún tipo de daño en otro.
Sólo cuando se reconoce el problema subyacente de esos malos hábitos se puede empezar a superarlos.
Si te abres con los de tu círculo íntimo, puede que te des cuenta de que no sólo es usted que reconocerá tus malos hábitos, ¡pero ellos también! Y es probable que hayas escuchado las palabras "Simplemente deja de hacerlo" y probablemente... esas palabras no te hayan llevado a nada.
¿Por qué? James Clear afirma que los malos hábitos no pueden eliminarse, sino que deben ser sustituido. Si cuando te sientes estresado optas por la comida reconfortante, tienes que encontrar una nueva forma de lidiar con ese estrés. Para algunos, salir a caminar o hacer ejercicio puede ser la cura.
En resumen, el nuevo hábito debe sustituir al antiguo mientras que que proporcionan el mismo nivel de beneficio.
He aquí algunas formas respaldadas por la ciencia de romper y reemplazar los malos hábitos, aquellos que le impiden vivir al máximo de su potencial, interrumpen su vida, le hacen perder tiempo y energía, y pueden incluso poner en peligro su salud.
Conozca lo que le desencadena
Según La felicidad importaLos hábitos se forman en el siguiente proceso: señales, rutinas y recompensas.
Las señales son los desencadenantes que te motivan a realizar un determinado hábito. Las señales suelen producirse en un contexto, como cuando una persona estresada explora la carta de postres al salir a comer. O que se dirige inmediatamente a su sofá al llegar a casa del trabajo. Si este es tu caso, y te pasas horas en el sofá viendo Netflix, intenta colocar el mando a distancia lejos del sofá la próxima vez.
Mediante la comprensión qué te hace comportarte de una manera determinada, puedes trazar un plan para evitar esas señales. Es más fácil evitar los malos hábitos cuando sabes que señales que hay que evitar.

Elija sustitutos sabios para sustituir los malos hábitos
Recuerda que los malos hábitos son muy difíciles de eliminar. Deben ser sustituido.
Una vez que entiendas qué es lo que te hace actuar de una manera determinada, empieza a encontrar comportamientos mejores y más productivos para hacer frente a esa misma señal. Ten un plan de ataque. Si el impulso de navegar en medios de comunicación social te viene, abre tu correo electrónico y responde a los mensajes no leídos. Si te sientes estresado y te vienen las ganas de comer de forma reconfortante, sal a dar un paseo rápido.
Formar nuevos hábitos tomar el tiempo. No ocurrirá inmediatamente, y puede que te encuentres con algunos baches en el camino. Lo importante es mantener la constancia y el compromiso para que la repetición del comportamiento surta efecto y el nuevo hábito se forme lentamente.
Evite el estrés, es uno de los principales desencadenantes de los malos hábitos
El estrés es quizás el mayor denominador común de los malos hábitos. Agobiarse es en gran parte por qué formamos malos hábitos.
El estrés suele desencadenar comportamientos que no deseamos realmente realizar, pero que, sin embargo, hacemos para ayudar a gestionar lo que sentimos o atravesamos en ese momento concreto. Según el Sociedad Americana del CáncerEl estrés es una de las principales razones por las que la gente fuma: les calma. El estrés es también una de las principales razones por las que la gente se pone ansiosa y se frustra.
Pero, afortunadamente, el estrés se puede gestionar y controlar. Meditación es una de las mejores maneras de controlar nuestra fuerza de voluntad y mejorar nuestra salud cerebral en general. Dormir bien también funciona, ya que un cuerpo más descansado conduce a un mejor control emocional. Hacer ejercicio también es una gran manera de controlar el estrés, ¡incluso un paseo rápido por el barrio puede marcar la diferencia!
No vayas solo, ¡juntos siempre es mejor!
La oxitocina, la sustancia química responsable de nuestros sentimientos de amistad, amor y confianza, es uno de los los neurotransmisores más potentes en nuestro cuerpo. La oxitocina es la sensación que tenemos cuando alguien hace algo bueno por nosotros y viceversa. Es la responsable de la conexión humana, de nuestros sentimientos de empatía y generosidad. Sin ella, no seríamos capaces de hacernos vulnerables a los demás.
Emparéjate con alguien que esté pasando por algo similar a ti o que se proponga también sustituir ese mal hábito y reemplazarlo por otros nuevos y más productivos. Al hacerlo, aprovecharás el poder de la oxitocina a tu favor mientras que reforzar su sistema inmunitario, aumentar su capacidad de resolución de problemas y resistir mejor la tentación de volver a caer en el mal hábito.
Somos seres sociales. No podemos rendir cuentas a los números, sólo a personas. Es diferente decir: "Voy a dejar mi mal hábito en 30 días" que decir: "Vamos a romper este mal hábito juntos, sin importar el tiempo que nos lleve".
Las personas suelen desafiarse a sí mismas y van por libre para evitar ser vistas fallando. Sin embargo, el verdadero poder es cuando tenemos el valor de hacernos vulnerables los unos a los otros y pedirnos cuentas.
¿Cómo será el futuro si se rompe ese mal hábito?
Imagínate a ti mismo teniendo éxito. ¿Cómo cambiaría tu vida si ese mal hábito fuera sustituido por uno saludable? ¿Será más productivo? ¿Estará más sano? ¿Hará más felices a su familia y a sus seres queridos?
Imagina el futuro que te gustaría tener y trabaja para hacerlo realidad. A veces, sólo es cuestión de dar pasos de bebé: acercarse a tu objetivo de forma lenta pero constante. Imagínate mirando hacia atrás y sonriendo, sintiéndote orgulloso del esfuerzo y el compromiso que te ha costado mejorar.
No seas demasiado duro contigo mismo
Todos tropezamos, es natural. Recuerda que un hábito se construye con la repetición y la constancia. Te ha costado mucho tiempo crear ese mal hábito, por lo que necesitarás tiempo, energía y compromiso para acabar con él. Está bien tropezar y fracasar a veces, es lo que nos hace humanos.
Romper un hábito es como ir de excursión a la montaña. No hay forma de evitarlo, se tienen para escalar hasta la cima. Probablemente habrá momentos en los que te gustaría abandonar. No lo hagas. En lugar de eso, intenta fijarte mejores objetivos, dar pasos de bebé.
Y recuerda llevar a un amigo a la excursión, él o ella te hará esforzarte más, rendir cuentas y motivaros mutuamente. Y cuando lleguéis a la cima, ambos celebraréis la victoria del otro.

La creación de buenos hábitos es el combustible para la superación personal
En su día, Aristóteles dijo: "Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, pues, no es un acto, sino un hábito".
Sustituir los malos hábitos por otros nuevos y más productivos requiere disciplina, valor y compromiso. Te exige un tipo de esfuerzo que, la mayoría de las veces, te lleva a poner a prueba tus límites.
Sin embargo, tanto las recompensas como la persona que vendrá con ella harán que todo valga la pena.
En Topic Insights, sabemos que hay un líder dentro de cada uno de nosotros. Nuestra misión es ayudarle a nutrir e inspirar a ese líder. Para obtener más contenido práctico como este, suscríbase a a nuestro boletín. ¿Preguntas? Nos encantaría que nos las hicieras. Contacto con nosotros hoy.