Si una pandemia mundial nos ha enseñado algo, es que nuestro tiempo en este mundo puede acortarse en un instante, por lo que debemos aprovecharla al máximo mientras podamos.
Esta constatación ha llevado a muchos a reevaluar su trayectoria profesional y a planificar cómo les gustaría dejar su huella. Su legado como líderes y cómo y a quiénes impactan incluye grandes sueños y objetivos ambiciosos, que persiguen con un nuevo celo.
Aunque aplaudo a estos pensadores de vanguardia, me gustaría sugerir que aumenten sus estrategias aplicando una acción menos elevada pero de gran impacto que pueden haber pasado por alto: ser conscientes del legado de sus palabras.
A menudo digo que las palabras tienen poder. Pueden inspirar o dañar, impulsarnos o frenarnos. Tienen el poder de apoyar, elevar y unificar, o destruir, denigrar o dividir.
Resulta que nuestras palabras también tienen poder de permanencia. Estudios científicos muestran que las palabras positivas y negativas no sólo nos afectan a un nivel psicológico profundo, sino que tienen un impacto significativo en el resultado de nuestras vidas y las de los demás.
Las palabras importan, por eso, es lógico que preste atención a las palabras que utiliza y cómo las utiliza. Aquí tiene cómo ser más consciente del legado de sus palabras:

Dirigir con positividad
Como decía mi abuela, "atraerás más moscas con miel que con vinagre".
Se le percibe como más simpático, solidario y atento cuando utiliza un lenguaje positivo. Por el contrario, el uso de un lenguaje negativo le hace parecer crítico y conflictivo, incluso cuando no es su intención. El lenguaje positivo permite que alguien sepa lo que puede hacer en lugar de lo que no puede hacer.
Según estudios, las declaraciones positivas se reciben más rápidamente y son mejor recibidas por el público. Además, las investigaciones demuestran que utilizar un lenguaje positivo es una herramienta muy eficaz para ser más feliz y productivo.
Aprovechar el poder de la pausa
Personas emocionalmente inteligentes entienden el poder de tomarse un tiempo para digerir y considerar la información antes de responder a ella. No todos los pensamientos deben ser expresados inmediatamente (o quizás nunca), especialmente en una situación con carga emocional. Cuando se da un momento para hacer una pausa, evite decir algo de lo que luego se arrepentirá.
Pruebe contar hasta diez en su cabeza o incluso dar un pequeño paseo para ganar claridad y decidir con calma cómo proceder o adopta un truco del cómico Craig Ferguson y acostúmbrese a hacerse estas tres preguntas antes de hablar:
- ¿Es necesario decirlo?
- ¿Es necesario que lo diga yo?
- ¿Es necesario que lo diga yo ahora?
Cuando sea más consciente del momento y del impacto de sus palabras, podrá utilizar el poder de la pausa para determinar cuándo (y si) debe hablar.
Elogiar en público, criticar en privado
Es la mejor sensación del mundo recibir una felicitación pública por un trabajo bien hecho. Contrasta con el bochorno, la vergüenza y la rabia que sentiría al recibir una amonestación pública. Los comentarios tienen mucho más sentido cuando recordamos que alabamos en público y criticamos en privado.
Diga lo que quiere decir y dele el significado a sus palabras
¿Alguna vez ha tenido una reunión con alguien y se ha marchado sin estar seguro de su postura? ¿O tal vez alguien expuso su postura pero parecía contradecirle a cada momento?
La claridad es crucial para una comunicación eficaz, pero incluso cuando creemos que somos claros, nuestras acciones incongruentes pueden sugerir lo contrario. Esto deja a los demás confundidos. Y cuando se confunde a la gente, se la pierde. Así que diga lo que quiere decir, dele significado a sus palabras, y asegúrese de preguntar a los demás si lo entienden y si tienen alguna duda. De este modo, se asegura de dejar un legado de persona de confianza en la que pueden confiar los demás.
Incorporar una práctica regular de gratitud externa
Tomarse unos minutos para reconocer y agradecer a los demás es una pequeña forma de utilizar sus palabras para el bien y promover un legado positivo. Pero no es necesario que restrinja esa práctica a los eventos especiales; la investigación sugiere que debamos incorporar la gratitud a nuestras vidas con regularidad para obtener el máximo beneficio. La ciencia nos dice que son muchos los beneficios de la gratitud:
- Una mayor sensación de bienestar
- Mejora del sueño, el optimismo y la salud física
- Disminución de la agresividad
- Aumento de la autoestima, la resiliencia y la empatía
Hay muchas formas de expresar la gratitud a los demás, como escribir una nota a mano para dar las gracias a un mentor que ha tenido un impacto significativo y positivo en tu vida, dar apoyo verbal en una reunión de equipo a un colega por la forma en que manejó una situación difícil, o llamar a un cliente para comprobar y agradecerle su negocio. La clave para que sus palabras de gratitud sean significativas para los demás es asegurarse de que sean frecuentes, genuinas y específicas.
Nunca subestime el inmenso poder de sus palabras. Cuando las usas con cuidado, señala a los demás y le ayuda a entender quién es usted y qué es lo más importante. Y cuando considere su legado profesional, ser más consciente e intencionado con sus palabras es una pequeña forma de dejar un impacto positivo y duradero.

Este artículo ha sido impreso con permiso de la página de Amy Blaschka