La reciprocidad es una norma poderosa.
La reciprocidad, la práctica social que implica responder a una acción gratificante con otra acción gratificante para crear un beneficio mutuo, guía actualmente la mayoría de las relaciones. Ya sea en el ámbito empresarial o personal, la reciprocidad tiende a dirigir e influir en nuestro comportamiento con los demás.
La humanidad ha practicado históricamente la reciprocidad por innumerables razones. Por ejemplo, al asegurarnos de que las personas reciben ayuda cuando la necesitan y de que los demás hacen lo mismo con nosotros, ayudamos a promover la supervivencia de nuestra especie. La reciprocidad nos permite mantener nuestras relaciones ya establecidas invirtiendo en ellas nuestro tiempo, energía y esfuerzo.
Sin embargo, la reciprocidad se queda corta. Las trampas de la reciprocidad nos impedirán ganarnos el respeto de nuestros compañeros y establecer relaciones significativas.
Las trampas de la reciprocidad:
1. Dar tiende a venir con condiciones
Si lo único en lo que nos centramos es en ser recíprocos, entonces todo lo que demos lo haremos con la expectativa de recibir algo a cambio.
Por lo tanto, la gente que recibe puede acabar sintiéndose manipulada para tener que devolver el favor en el futuro. La reciprocidad acaba viniendo con ataduras. Esto hace que ambas partes sientan que su relación se basa en una transacción y no en conexión. En consecuencia, todas las posibilidades de crear una relación genuina llegan a su fin. Tanto en los negocios como en nuestra vida personal, las relaciones deben basarse en un terreno común y en un significado compartido. No en el ojo por ojo.

2. Las donaciones se dirigen sólo a aquellos que pueden beneficiarnos de alguna manera
Cuando la gente da con la expectativa de recibir algo a cambio, sólo dará a aquellos de los que pueda beneficiarse en el futuro. Este comportamiento atenta contra todo lo que es noble y humano en el dar.
En lugar de convertirlo en un hábito generoso y desinteresado, lo convertimos en algo egoísta y de interés propio.
3. ¿Todas las donaciones tienen el mismo valor?
Búsqueda ha demostrado que la gente tiende a sentirse obligada a devolver un favor con otro proporcionalmente mayor. La reciprocidad se convierte entonces en algo desigual y, en lugar de hacer que ambas partes se sientan mejor, crea la sensación de que una parte ha abusado de otra.
En lugar de crear situaciones en las que todos salgan ganando, la reciprocidad probablemente conducirá a relaciones de suma cero.
Comportamiento de la expedición para construir relaciones auténticas
En lugar de centrarnos en la reciprocidad, deberíamos centrarnos en lo que el fundador de la National Outdoor Leadership School Paul Petzoldt y el profesor de Wharton y psicólogo organizacional Adam Grant describir como "comportamiento de expedición".
En lugar de crear situaciones en las que todos salgan ganando, la reciprocidad probablemente conducirá a relaciones de suma cero.
Los comportamientos de expedición implican tener la misión, los objetivos y los intereses de las personas en todo momento, al tiempo que se muestra la misma cantidad de cuidado y amor por los demás que por uno mismo.
El comportamiento expeditivo es el camino más rápido para ganarse el respeto y el aprecio de la gente, a la vez que uno se perfila como un líder. ¿Por qué? Porque en lugar de dar con la expectativa de recibir algo a cambio o con el deseo de promover sus propios intereses, el comportamiento de expedición envía el mensaje de que su corazón está en el lugar correcto y que la toma de decisiones gira en torno al bienestar del grupo.
En consecuencia, los comportamientos de expedición ayudan a aprovechar los escollos de la reciprocidad.

¿Por qué dar con la intención de recibir algo a cambio y hacer que los demás se sientan en deuda? ¿Por qué liderar con el propósito de poner los intereses personales por encima de los del grupo? ¿Para qué influir en las personas mediante el mando y el control cuando puedes darles poder para que desarrollen todo su potencial? ¿Por qué ganar autoridad cuando puedes ganar prestigio?
El comportamiento de la expedición envía el mensaje de que su corazón está en el lugar correcto.
Hacer de la donación el destino, no el billete para llegar a él
Cuando nos centramos en la reciprocidad, hacemos del dar el billete para llegar a nuestro objetivo final egoísta. Nos convertimos en víctimas de las trampas de la reciprocidad. Como resultado, alteramos la naturaleza del dar. En lugar de convertirlo en un acto de generosidad, lo transformamos en algo para aumentar nuestro propio ego.
Dar sin esperar nada a cambio debería ser algo que practicáramos a diario. La recompensa de nuestro dar no debe medirse por lo que podamos obtener de él. La satisfacción personal que se deriva del propio dar debería ser la forma de medir el dar.
Ayudar a otras personas es su propia recompensa.
Podemos ser seres auténticamente bondadosos y seguir teniendo éxito. ¿Por qué? Porque cuanto más damos, más respeto nos ganamos de los que nos rodean. La forma más brillante de brillar es ayudando a los que nos rodean a brillar.
Hoy en día, la gente se esfuerza por ser independiente: ven la independencia como un símbolo de valor, fuerza y fortaleza. Para muchos, depender de los demás "nos hace parecer débiles". El hecho es que sólo cuando nos cubrimos las espaldas unos a otros, unimos nuestros puntos fuertes y abrazamos nuestras diferencias, podemos superar los obstáculos y aprovechar nuestras habilidades para un bien mayor.

Somos seres sociales. Todo de nosotros queremos que nos recuerden por lo que hemos hecho por los demás. A fin de cuentas, no importa cuál es nuestro cargo, cuánto dinero ganamos, los puestos que ocupamos, el barrio en el que vivimos o el tamaño de nuestra casa. Lo que realmente importa, al final del día, es el impacto que tuvimos en la vida de otras personas.
Los escollos de la reciprocidad nos impiden conseguir todo esto.
Una vida plena es aquella que deja un legado. Un legado que resistirá la prueba del tiempo y que nos mantendrá vivos mucho más allá de nuestra vida.
Sólo cuando nos cubrimos las espaldas unos a otros, unimos nuestros puntos fuertes y abrazamos nuestras diferencias, podemos superar los obstáculos y aprovechar nuestras habilidades para un bien mayor.